Por que nos llamamos así
- Jose Roberto Cadavid
- 20 abr
- 4 Min. de lectura
Variados son los motivos que tiene el ser humano para inspirarse al momento de escoger el nombre de su descendencia; en ocasiones, y como resultado de tales inspiraciones, se llegan a producir verdaderos atentados a la dignidad humana; el mundo de la onomástica se ha convertido últimamente en un caos que, en ocasiones, ofende a quien porta uno de tales horrores, provocando la risa o la compasión de sus congéneres.
A continuación, vamos a tratar el tema de algunas familias cuyos padres han escogido para varios de sus hijos nombres verdaderamente desconcertantes, notándose, en la mayoría de los casos, una mayor ocurrencia de tales desatinos onomásticos en los sectores de más bajo nivel cultural de la sociedad.
Caso 1
Empecemos con el caso de cuatro hermanos venezolanos oriundos de la petrolera ciudad de Maracaibo, donde predominan los llamativos y singulares nombres propios de dioses de la mitología griega, artistas, héroes de tiras cómicas y hasta elementos de la física, como es el caso de los hermanos Protón, Neutrón y Electrón Albornoz; a los anteriores se suma el hermano menor, Tritio, cuyo nombre corresponde a un isótopo radioactivo natural del hidrógeno. Con esta abundante presencia de partículas subatómicas, se podría pensar que estos señores son hijos de un destacado físico nuclear.
Caso 2
En la década de 1950, un joven quería reengancharse a la Marina del ejército estadounidense; por tal motivo, debían efectuarle previamente un reconocimiento médico en el Hospital Naval de Balboa, California; los médicos quedaron sorprendidos con su particular nombre: Tonsillitis (Amigdalitis) Jackson; era de Ardmore, Oklahoma, y explicó que su madre le había puesto ese peculiar nombre porque había padecido tonsilitis cuando él nació. Pero Tonsillitis también contaría a los médicos del hospital algo todavía más sorprendente: tenía un hermano y tres hermanas llamados Meningitis, Appendicitis, Laringitis y Peritonitis.
Caso 3
En una particular familia paisa se presenta el caso de los hermanos Tamerlán de la Santísima Trinidad(líder del pueblo tártaro), Samarkanda de la Santísima Trinidad (ciudad de Uzbekistán), Chulán Chatún de la Santísima Trinidad (una de las cuatro esposas de Gengis Kan), Dschebe Noion de la Santísima Trinidad (uno de los cuatro feroces escoltas del Kan), Kubilai de la Santísima Trinidad (un militar despiadado y nieto del Kan) y Sandokán de la Santísima Trinidad (protagonista de varias novelas de Emilio Salgari, el cual encarna a un rey de Borneo que ha jurado vengarse de los británicos).
En este caso se observa, por una parte, el habitual sentimiento religioso de la sociedad paisa, al colocarle el componente “De la Santísima Trinidad” a todos sus retoños; por otra parte, el padre de tan distinguidos ciudadanos muy seguramente era aficionado a temas relacionados con aspectos varios del Asia central, pues cinco de los seis retoños hacen referencia a dicha región del mundo.
Caso 4
En Paraguay, un padre de familia de apellido Lepretti, de ascendencia italiana y músico de profesión, trajo a este valle de lágrimas tres vástagos, un varón y dos mujeres, los cuales responden a los nombres de Clitofonte Prematuro Violoncelo, Fulvia Rocío Trompeta y Natalia Celeste Mandolina Lepretti Argüello.
Un primo de los anteriores aclaró que toda la familia es bastante aficionada a la música, lo cual inspiró al padre para escoger los nombres de sus tres hijos. El primero de ellos, Clitofonte, hace alusión a un destacado estadista ateniense; pero no contento con ello, le endilgó el segundo nombre (Prematuro) por el afán que tuvo para llegar a este mundo, y el tercero (Violoncelo) para destacar el instrumento que interpretaba. Con los nombres de los otros dos (Trompeta y Mandolina) completó un simpático trío musical.
Caso 5
En la nordestina ciudad brasileña de Recife, se tiene el simpático caso de tres hermanos, víctimas de una desbordada imaginación de su progenitor: en el año de 1974, el acordeonista José Miguel Porfirio estaba dichoso por el nacimiento de su tercer hijo, el primero del segundo matrimonio. Tuvo la idea de registrarlo con un nombre diferente y que nadie lo hubiese utilizado aún. Entró en la oficina del registro civil y vio un cartel que decía "Xerox y fotocopias autenticadas". Decidió utilizar esas tres palabras para nombrar al bebé y a los niños que pudiese tener en el futuro. De esta manera fue registrado el primogénito: Xerox Miguel Porfirio; cuatro años más tarde nació Autenticada Miguel Porfirio, y posteriormente vino al mundo Fotocopia Miguel Porfirio.
Caso 6
En Paraguay, un italiano de apellido Rapetti, y residente en dicho país, quería desesperadamente tener un hijo varón. Cuando nació su primer hijo, resultó ser mujer: la llamó Esperanza; en cuanto al segundo vástago, resultó ser otra fémina: la llamó Siga y Avanti. Al tercer intento tuvo otra nena, a quien llamó Paciencia contra el Destino; finalmente llegó el varón, cuyo nombre resultó ser algo verdaderamente increíble: ¡Por Fin Bienvenido Carajo!
Caso 7
En Colombia, el señor Manuel Vicente Montoya Lozano, aunque poseedor de un nombre bastante normal, bautizó a sus dos hijos con nombres verdaderamente extravagantes. Su hijo mayor, Jesucristo Hitler Paracelso Zeppelin Montoya González, encarna a cuatro personajes disímiles:
· Jesucristo (El hijo de Dios)
· Hitler (Líder del partido nazi alemán)
· Paracelso (Médico suizo, uno de los padres de la medicina moderna)
· Zeppelin (Inventor del dirigible)
A su hermano menor le correspondió el helenístico nombre de Aristóteles Pitágoras Aristocles Montoya González. Según él, se inspiró en la información científica y cultural que ha leído.
Caso 8
Hay un sorprendente caso en el hogar del ciudadano hondureño Motor Martínez —mecánico, quizás, quien les puso a sus hijos los nombres de Cruz de Cardán, Llanta del Milagro, Bujía y Motor Martínez, demostrando un profundo amor a su oficio.
*Ingeniero Civil, de desempeño como ejecutor de proyectos civiles. En los últimos años ha incursionado en el campo de las letras y artes plásticas.
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