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Viaje a mi mundo interior

  • Roberto Prada
  • 22 may
  • 6 Min. de lectura

Ya que próximamente estaremos celebrando el 500 cumpleaños de la ciudad de Santa Marta, podemos viajar en el tiempo, con el fin de observar matices de su descubrimiento, fundación, historias, anécdotas, desarrollo integral, crecimiento socioeconómico, cultura e impacto en los tiempos actuales. Paralelamente surge una reflexión con relación al viaje a nuestro mundo interior y cómo nuestros propios descubrimientos nos llevan a un crecimiento y transformación personal.


En lo personal, este viaje lo inicié hace más de 50 años y en la medida que he avanzado, considero que queda camino por recorrer haciendo eco a una frase que se le atribuye a Sócrates: “solo sé que nada sé”. Frase que nos invita a seguir en la búsqueda de la verdad, a reconocer que el conocimiento no tiene límites, con la consecuente invitación a buscar más  la  sabiduría Divina. Así mismo dijo: “Una vida sin reflexión no merece ser vivida”, ésta, nos invita a cuestionar nuestras creencias y acciones para tener una vida plena y significativa; a darle importancia y prioridad a la autoevaluación  y reflexión personal para alcanzar la felicidad y la virtud.


Como los procesos de crecimiento son individuales, cada cual tiene su propia experiencia y caminos recorridos. Por esto, me apropio siempre de otra frase que Sócrates dijo: “No puedo enseñar nada a nadie, sólo puedo hacerlos pensar”, así que, lo que comparto es para que tengamos una conversación interna, personal, individual para poder   compartir   y explorar juntos los diferentes   temas   que   abordemos.   Desde   mi experiencia   como   coach, podremos ver con nuevos ojos los éxitos, los tropiezos, las barreras que enfrentamos para seguir adelante con nuestro propósito y misión de vida. Como dijo Marcel Proust: “El verdadero viaje hacia  el  descubrimiento   no consiste  en  buscar  nuevas  tierras,  sino  en  mirar  con  nuevos  ojos”, lo que nos invita a observar desde diferentes ángulos cada situación,  dificultad, proyecto,  relaciones; a plantearnos  preguntas  difíciles  y,  tener conversaciones  poderosas  con  personas  que  nos  ayuden a ver lo que no vemos, ya que en la mayoría de las ocasiones  “vemos  las  cosas  como somos, no como son”.

 

De igual manera, Jesús nos desafió en cada discurso, sanidad o milagro, a renovar nuestra mente y a transformar nuestra forma de ver la vida, ver con nuevos ojos, ver con los ojos  de  la  fe (Fuerza Emprendedora, confianza, seguridad, fidelidad, firmeza, convicción, soporte…), y en un sentido la resiliencia que cada uno tiene para desarrollarse y cumplir metas, objetivos, etc… En otras palabras viajar al interior del SER…


Un gran amigo psicólogo, consultor, coach, mentor y empresario especializado en la psicología empresarial y desarrollo integral ejecutivo (con más  de  50  años  de  experiencia),  al  compartir  sobre estos  temas,  en  lo académico, en lo profesional, en lo laboral y en lo vivencial, me dijo en varias ocasiones: “De   todo   lo   que   debo   conocer   para   ser   mejor   cada   día integralmente, creo que voy en un 5%”. Varios años después me dijo “Roberto estaba equivocado, creo que mis conocimientos con todo lo aprendido no son del 5%, son del 1%”, con lo cual quede asombrado, ya que para mí era una persona muy ilustrada, sabia y una excelente persona; entonces le pedí que me explicara. Como respuesta, la más dramática y que me impactó fue que, a medida que exploraba todo lo relacionado con el SER, se daba cuenta que en el  mundo  interior  de cada individuo  existen  grandes  oportunidades para  llegar a la plenitud, grandes capacidades para manejar las emociones, pero también inmensas barreras que impiden tener los logros que se  tienen en mente, así como desequilibrios en la relación “vida personal, vida familiar y vida laboral”.


Todo lo anterior es para invitarlos a que en estos tiempos, independientemente de  los  éxitos  materiales,  profesionales y   personales, tomemos o retomemos  momentos de reflexión que hagan eco  a  lo que el Dr. Thomas Anthony Harris en su libro “I´m Ok ... you´re  Ok” invita a revisar: “Los  estados  del  Yo (Padre,  Adulto,  Niño)”  y determinar  en  cuál  de  las  4 “Actitudes  Vitales”  se está uno moviendo.  Igualmente da sugerencias  para llegar al estado ideal de cada relación:


1. Yo estoy mal, tú estás bien

2. Yo estoy mal, tú estás mal

3.  Yo estoy bien, tú estás mal

4.  Yo estoy bien, tú estás bien


Para identificar la postura en la que me estoy moviendo, las interacciones que estoy viviendo y llegar a la actitud que planteó Thomas Harris en su libro “Yo estoy bien tú estás bien”, podemos aplicar lo que Baruch Spinoza planteó sobre las emociones, a las que llamaba “afectos”. Consideró que las emociones no  eran  simples  impulsos  irracionales,  sino  fuerzas  que influían en nuestra capacidad  de  actuar y vivir plenamente.  Planteó la diferencia entre  las  emociones  que  nos  restan  poder  y  nos  limitan (miedos,   temor  o tristeza),   y  emociones   que  aumentan nuestra energía para actuar con felicidad y plenitud (alegría, confianza o amor). Por lo tanto, el gran mensaje es, “no reprimir las emociones, sino comprenderlas para   transformarlas y usarlas con sabiduría” (hoy lo conocemos como “Inteligencia Emocional”) La clave no es  eliminar  las  emociones,  sino  aprender  a  manejarlas  para  vivir  con mayor libertad y plenitud, lo que también nos lleva a explorar y profundizar en la “Inteligencia Espiritual”.


Las ideas de Baruch Spinoza han tenido una influencia significativa en la  espiritualidad,  en  la  sicología  contemporánea,  la  neurociencia,  la terapia emocional y el coaching, entre otras disciplinas. Planteó la Unidad mente-cuerpo, (visión holística que ha influido en enfoques modernos) que considera la interacción  entre emociones,    pensamientos,    procesos fisiológicos  y,  yo  le  agregaría,  en  la  madurez  espiritual.  Reforzó que las emociones afectan el comportamiento y la toma de decisiones, lo cual ha sido respaldado por estudios en neurociencia, que muestran cómo las emociones están integradas en la estructura del cerebro y afectan nuestra percepción y conducta.


Siguiendo este “viaje a mi mundo interior” les comparto el cuento de los dos lobos


Un antiguo indio Cherokee dijo a su nieto: “hijo mío, dentro de cada uno de nosotros  hay  una  batalla entre  dos  lobos. Uno es malvado, es  la  ira,  la envidia, el resentimiento, la inferioridad, las mentiras, el egoísmo.

El otro es benévolo, es la dicha, la paz, el amor, la esperanza, la humildad, la bondad, la empatía, la verdad”.   El niño pensó un poco y preguntó:

“abuelo, ¿cuál lobo gana la batalla?”. 

El anciano respondió:  ………¿Cuál crees tú que fue la respuesta?

¿Porqué?

¿A qué te invita?

¿Qué o cuáles elecciones estás enfrentando momento a momento? ¿Te    plantea    fortalecerte en alguna de las siguientes áreas: Físicamente, Emocionalmente, ¿Espiritualmente...?


En la cultura hebrea enseñan los líderes espirituales, que el ser humano tiene dos inclinaciones: Yetzer Tov (la inclinación a hacer el bien) y Yetzer Hara (la inclinación  a  hacer  el  mal),  lo  que  hace  parte  de  las  decisiones y  actuar diarios. El hombre en su crecimiento espiritual y  emocional fortalece una de las dos inclinaciones, sin embargo, en el nivel de consciencia que el hombre esté, fluirá la inclinación que tenga más desarrollada...


La invitación es a reflexionar  sobre  el siguiente  enfoque  “Vemos  las cosas  como  somos,  no como  son”.  El desafío  es  a  comprender que nuestra forma de pensar es la que nos impulsa a actuar de una manera u  otra,  y  vemos  una  realidad  basada  en  la  forma  de  pensar   que adquirimos  de nuestros  ancestros,  cultura,  tutores  o  maestros,  etc... Muchas de ellas son buenas, nos han traído a donde estamos, otras no tan buenas, perdieron vigencia o nos han impedido avanzar a un siguiente nivel de  conciencia  limitándonos  en  el   desarrollo   y  sostenimiento  de  nuestro propósito y visión de vida.


Independientemente de las creencias  religiosas  y filosóficas,  planteo  varias áreas de reflexión y desafío:

1.    ¿Nuestras circunstancias actuales son o no un accidente?

a.      Qué desafío estoy enfrentando.

b.      Cómo está mi balance familia-profesión-personal.

2.    ¿Mis expectativas están equilibradas con mi estado atual?

3.    ¿Y mi altruismo? ¿Necesito hacer correcciones, encausar o iniciar?

4.    ¿Mi coherencia es table?

5.    Mejoremos lo que hoy en día somos, revisemos los miedos, las inseguridades, los potenciales sin desarrollar, los sueños y propósitos

6.    Alcancemos el entendimiento sobre la paz y plenitud total que estamos llamados a vivir.

a.      Quitemos la negatividad, viendo el vaso medio lleno, no medio vacío

b.      Comprendamos y vivamos nuestra responsabilidad global.

c.      Recordemos que la energía se transforma, no desaparece.

d.      Seamos flexibles y desintoxiquemos cuerpo, alma y espíritu.

e.      Revisemos la fuerza de nuestro liderazgo.

f.        Cuidemos nuestras palabras ya que impactan para bien o para mal

g.      No perdamos nuestro sentido de asombro.




*Ingeniero Industrial; Maestría en Gestión Ambiental y Desarrollo Sostenible; Coach Ontológico certificado; estudios en Coaching con PNL y Neuro teología. Con experiencia en el sector privado y público, sector farmacéutico, financiero, informático, académico y eclesiástico.

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