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Foto del escritorEsperanza Niño Izquierdo

Un mundo deshumanizado 

“El genocidio empieza por la deshumanización““el discurso del odio suele preceder a la violencia a gran escala” dijo  Adama Dieng, asesor especial sobre la Prevención del Genocidio de las Naciones Unidas, en 2014.   

 

 

Después de atar a los individuos a la cadena del odio es casi imposible desatarlos, es como abrirles las puertas a los peores demonios y enviarlos al abismo de las almas obedientes. Partiendo de esta premisa, abordaremos el análisis que nos brinda Hanna Arendt, la filósofa alemana de origen judío, quien desplazada por la persecución nazi a su pueblo, debió huir primero de su país y después de un campo de concentración francés, para terminar asilada en los Estados Unidos. Allí pudo observar, descubrir y analizar el horror que vivió Europa durante la Segunda Guerra Mundial. 

 

Su experiencia personal, su formación profesional e intelectual, le sirvieron para profundizar en clave filosófica acerca de lo que significó el   totalitarismo y el imperialismo Nazi, para explicar, a partir de estos conceptos, la naturaleza del ser humano y cómo llega esta a la degradación misma de la “banalidad del mal”,que el día de hoy, cobran gran validez. 

 

No se imaginó jamás la filósofa que su pueblo judío, otrora perseguido, diezmado, torturado y casi desaparecido del mapa en los campos de exterminio, terminada la Segunda Guerra Mundial, cuando el mundo conoció con horror lo que tuvo que sufrir a las manos depredadoras de los verdugos nazis al mando de Hitler, que con el paso del tiempo se repetiría, casi calcado, el horror, pero a la inversa. Que su pueblo sea hoy el que imprime con sangre y destrucción en las almas de los palestinos, el dolor la persecución, el desplazamiento, lo que tanto ella y como el mundo entero rechazó. 

 

Cuando escribía su disquisición filosófica sobre el concepto de totalitarismo e imperialismo, expresaba que el primero se basaba en aplicar supuestas leyes históricas absolutas e indiscutibles para lograr la instauración de un orden en el cual predomine una sola raza superior sin la presencia de otros que causen problemas económicos o sociales. Instrumentalizado aquel, a través de movimientos nacionalistas que logran abarcar todos los estamentos de la sociedad. Se rige por sus propias leyes, desconoce o viola las leyes preestablecidas y marca su derrotero con normas orientadas a conseguir aquel fin, normatizando hasta la vida cotidiana de la sociedad, Se apoya en la policía secreta que intimida a los ciudadanos configurando el terrorismo de Estado. Este poder va orientando a quebrar las voluntades, normalizando las actividades violentas que ejercen sobre los no deseados, eludiendo de paso las responsabilidades de su actuar. Al tiempo se fanatiza por medio de la ideología totalitaria. 

 

Bajo esa ideología  alienante, adelantada  por  nacionalismo nazi, se consiguió que los individuos actuasen en contra de sus propios  familiares o vecinos y aún peor ,de sus principios  ya  desaparecidos. Todo su actuar se convierte en la necesidad de cumplir de manera obediente y sin reservas   los mandatos del líder, convirtiéndose entonces en “hombre masa” Ese hombre que no piensa, que esta vacío, que pierde la libertad de controvertir de criticar, solo sabe ser obsecuente, transformándose en un ser incapaz de sentir la responsabilidad de sus actos, Estos están justificados por los resultados que se esperan de él. Convertidos todos, unificados y uniformados en masa, recitando las mismas consignas y aceptando los crímenes bajo eufemismos creados de antemano para conseguir los fines establecidos por el líder. Ese ser no se pregunta el por qué ni el para qué, todos ya son parte de una sociedad insustancial, qué quiere que otros decidan por ellos. Son conformistas y voltean la mirada ante el horror que pasa a su lado. Son incapaces de participar en la toma de decisiones, no generan pensamientos nuevos o críticos haciéndose un auto elevado de cerebro, se convierten tanto en víctimas como en victimarios, tal como sugiere la filósofa uruguaya Karina Silva, “Pues con esta ideología, el Estado totalitario los fagocita”, es decir, el Estado los absorbe de tal manera que desaparece cualquier asomo de individualidad, cambiando así la percepción de la realidad  bajo su mando y poder. 

 

Volvemos sobre la inversión del mal ejercido por Israel y que consume al pueblo palestino bajo las bombas, los ataques indiscriminados contra un pueblo desplazado muchas veces, que corre de un lado a otro sin encontrar refugio y cuando lo encuentra, este encuentro es con la misma muerte. 

 

 Vemos hoy como el gobierno de Netanyahu y sus cómplices repiten, con puntos y comas, lo expresado y analizado por Hannah Arendt con respecto al totalitarismo al imperialismo y al individualismo que   han llevado a los ejércitos y colonos de gaza y de Cisjordania a perpetrar los peores crímenes contra la humanidad.  

 

Este genocidio transmitido en vivo y en directo por las redes sociales y los periodistas independientes, ha convertido al pueblo palestino en gentes de segunda porque se han traspasado todas las barreras que impone el humanismo en el trato con otros seres humanos, sin brújula moral que los detenga. De lo contrario cómo entendemos la invitación transmitida por los canales y redes de televisión, en donde puede observarse a la “líder” israelita, Daniela Weiss dirigiendo el “Tour nocturno” que organiza en una embarcación situada frente a los territorios palestinos, en la que arriban niños y adultos ondeando banderines del país, para que observen de cerca cómo el ejército israelí bombardea a la población de gaza y una vez iluminado el cielo por las explosiones, todos aplauden agitando sus banderas. Incitados por la voz de esta inhumana mujer que vocifera:” ese será muy pronto su hogar, allá podremos habitar estas tierras sin la incómoda presencia de humanos despreciables”. 

 

La deshumanización de estas gentes no tiene límites, respaldada por una escalada de impunidad global que nada hacen por modificar esta situación. Nadie deplora las declaraciones de los ministros al servicio de Netanyahu, como aquella del ministro de defensa de Israel de origen polaco Yoav Galant, después del 7 de octubre del 2023 cuando expresó: “En Gaza no habrá electricidad, ni comida, ni agua, ni combustible, se cerrará todo, estamos imponiendo un sitio total a Gaza”. Manifestaciones claras, violatorias de la Convención para la Prevención del Genocidio de 1948 de las Naciones Unidas. 

 

Ejemplos de deshumanización adelantados contra el pueblo palestino son muchos, pero uno llega de otro rincón de occidente que apoya las políticas genocidas del régimen israelí. La ministra federal de relaciones internacionales de  alemania, Annalena Baerbock quien dijo sin inmutarse:” Israel puede matar civiles en Gaza para protegerse.” 

 

El actuar del gobierno israelita y de los cómplices occidentales, confirman la tesis de la deshumanización del hombre, tal como lo afirma Leila Nausawati, profesora de resolución de conflictos de la Universidad Carlos III de Madrid. Frente al proyecto fundacional sionista expuesto por dirigentes del partido que conforma el gobierno de Israel, el ultraderechista ministro de finanzas, Bezael Smotrich, cuando sostuvo: “se debe tratar por igual a los palestinos civiles y combatientes, estamos combatiendo contra animales humanos”, rompiendo con esa declaración el umbral entre unos y otros”. Contraviniendo flagrantemente el concepto de diferenciación que hace el Derecho Internacional Humanitario.  

 

El punto de análisis aquí, dice Leila Nausawati es: “no alejar el foco de las pérdidas humanas, no caer en el lenguaje en clave militar, o como el bantustán, el apartheid o con eufemismos que desdibujan la realidad, con ello nos están arrastrando a una deshumanización a un racismo que ya no se sabrá cómo termina. Es una deformación de la humanidad. El otro no considera al otro humano con discursos que lo ubican como el “eje del mal”. Con ello, se niega la existencia de la humanidad”. Las muertes en   Gaza y en Cisjordania- y ahora en el Líbano -tienen un precio civil incalculable. Los discursos se han convertido en acciones militares y políticas sin ocuparse de los sufrimientos que causan a esa humanidad”. En síntesis, volvemos a las tesis de Arendt, sobre la “banalidad del mal”, aplicada ahora no solo al actuar de un solo hombre sino al colectivo sionista.  

El totalitarismo, como lo explicaba Arendt frente al Nacionalsocialismo, se basa en leyes inmutables e indiscutibles como las que hoy proclaman los sionistas, descritas en la Biblia sobre el pueblo de Israel  “el elegido por Dios”. Con base en esta ley divina es que los colonos de Cisjordania están convencidos, tal como decía el ministro de seguridad Israel Itimar Ben Gvir , excolono de gaza: “ los asentamientos traen seguridad de Israel, es hora de volver a casa, reasentarse en Gaza en este momento”. Así lo informa la prensa israelí, según la cual ya existe una lista de colonos enfilados para ocupar de inmediato la primera línea de playa de la cual fueron expulsados los palestinos gazatíes. Pues, éste como todo el territorio ocupado, es el lugar escogido por su dios para el pueblo judío. 


Se ha generado una situación tal que el “gobernante tirano, el estado y el pueblo son solo uno”, fusionado para conseguir la utopía bíblica. Se trata de obtener  tanto  territorio como sea necesario, desconociendo  el estatus de los otros Estados, destruyendo sus fronteras y tomándose sus  territorios en la búsqueda de conformar “el gran Israel bíblico”; derrotar “el eje del mal” y constituirse como el salvador y único capaz de desarrollar la región, tal como lo mencionó Netanyahu  en la última sesión de la ONU exhibiendo un mapa, “el del bien”, en el cual desaparecen los países de Irán, Irak Afganistán, Libia y Siria contra el “eje del mal”. Dicha reunión fue vista por el mundo entero, cuando la mayoría de los países miembros abandonaban el recinto ante la presencia de Netanyahu, mientras otro grupo aplaudía sin ruborizarse al oír los desafueros y el desenfreno de este generador del horror, exponiendo los espurios intereses del sionismo. 


Sin embargo y para salvar de la total impunidad global ante estos crímenes  perpetrados por Israel, encontramos voces, así sean solitarias pero que tienen la audiencia de los demócratas por su posición política. como la de la valerosa Irene Montero eurodiputada del partido “Podemos” español en el parlamento europeo, en el que expresó su inconformidad porque este organismo no ha hecho ningún esfuerzo para    oponerse al genocidio y restringir el apoyo que Europa sigue patrocinando sin medida los crímenes  perpetrados  por Israel, “vendiendo y comprando armas en lugar de impedirlo, cerrarle las puertas del comercio para obligar a Netanyahu a cesar el fuego y permitir la ayuda humanitaria al pueblo que no solo ha sido destruido físicamente sino moralmente y  que de contera, muere de hambre”, llamando finalmente a Israel como “Estado terrorista”. 


Para concluir daremos paso a las palabras de la periodista Olga Rodríguez, analista política que sentenció ante la crisis de solidaridad, de respeto del orden moral y compasión humana que vive el mundo y ante las instituciones creadas para evitarlo y que hoy, ante sus ojos,  día a día, constatan la destrucción de los pueblos palestino y libanés sin tomar determinaciones para protegerlos y castigar al criminal de guerra y a todos los que los secundan. expresó: “bajo los escombros de Gaza y de Beirut encontraremos los restos del Derecho Internacional Humanitario”. 

 

*Abogada, Magister en Administración pública, Subcontralora de Bogotá. Autora de la obra Mujeres rescatadas del olvido.(Ed EKEPSY,2023) colaboradora de la revista Columna 7, Santa Marta.

1 Comment


Guest
Nov 14

MuchasFelicitaciones por el gran trabajo que hacen en la revista, son profesionales comprometidos y académicos Jimena Strasorier

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