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Foto del escritorLuz Marina Avila Sotomontes

 Otro Fin del Mundo es Posible

Actualizado: 17 jun

                                    

Tomé prestado este nombre Otro fin del mundo es posible, del profesor Alejandro GAVIRIA, quien abrevó en las fuentes del escritor y filósofo ingles Aldous Huxley, autor de las obras  “Un mundo feliz” y “La Isla,” el viaje de esta columna nos invita a reflexionar sobre varios temas, entre ellos, algunos relacionados con el manejo de salud pública y la utilización de los psicodélicos en los tratamientos paliativos de algunas enfermedades como el cáncer y la sanación en pacientes con padecimientos neurológicos y psiquiátricos, como una ventana que se abre a los científicos escépticos de la industria alopática, quienes han experimentado y comprobado que resultan beneficiosos para pacientes con algunas de estas enfermedades.


Tratándose de un tema de salud pública, diría “álgido” para los intereses de los laboratorios y multinacionales, que han impuesto políticas universales que responden a los intereses de la supremacía, es probable que los gurúes y oráculos de la ciencia desaprueben lo que resulta evidente, su aceptación desafía la política de los medicamentos farmacológicos que tuvieron gran expansión bajo la política antidrogas implementada por el presidente Nixon en 1971, en la ”ley de sustancias controladas,” que clasifico a la mayoría de los psicodélicas como sustancias ilegales, lo que puso fin a gran parte de la investigación científica y al uso terapéutico de estas sustancias.


Debo confesar que no fue fácil abordar este tema pues mi educación y conocimientos sobre las drogas psicoactivas, estuvo marcada dentro de la órbita del daño a la salud para los que de manera recreativa hacían uso indiscriminado de ellas, y el mal infringido por los narcotraficantes a la sociedad quienes crearon una narco cultura que impuso costumbres y tendencias contrarias al buen comportamiento ciudadano y sobre todo normalizo la violencia en la comunidad, e impuso el culto a las armas y el “todo vale” dentro de sus propósitos criminales.

Sin embargo, el núcleo de la cuestión es mirar como afectó esta lucha indiscriminada contra las drogas y llevo al retraso de las investigaciones que se adelantaban en el tratamiento de ciertas dolencias psicológicas y psiquiátricas, por ejemplo, en el manejo de la ansiedad y depresión en casos terminales de cánceres, en las adicciones a los opioides, cocaína, anfetaminas, metanfetaminas, alcohol y tabaco y en la curación del estrés post traumático, dejandose de lado las investigaciones que se adelantaban con medicamentos psicoactivos como la psilocibina, el LSD, el MDMA o éxtasis y la Mescalina.


Los investigadores del centro de investigación de alucinógenos y la conciencia de la universidad de Johns Hopkins, hacen hincapié en la manera como los alucinógenos afectan el comportamiento, las funciones del cerebro, el aprendizaje y la memoria. Los estudios de la psilocibina en pacientes ayudaran a determinar su efectividad como nuevo tratamiento para la drogodependencia de opiáceos, la enfermedad de Alzheimer, el trastorno post estrés traumático (TEPT) el síndrome de Lyme, la anorexia nerviosa y el alcoholismo en personas con depresión mayor.  En el año 2000, esta universidad obtuvo permiso para volver a iniciar las investigaciones de alucinógenos con voluntarios sanos que nunca las habían usado. Su publicación del 2006, sobre la inocuidad y los efectos positivos duraderos de una dosis única de psilocibina, desencadenó la reanudación de investigaciones médicas terapéuticas con alucinógenos a nivel mundial.


Recientemente un estudio llevado a cabo por la universidad de Sussex -Reino Unido y publicado en la revista “Nature” ha afirmado que las drogas alucinógenas o psicodélicas son capaces de alterar el cerebro hasta crear otro tipo de conciencia. La universidad de California en San Francisco también realiza estudios experimentales con el uso de psicodélicos en pacientes con duelo prolongado.

Las revistas científicas han registrado los beneficios terapéuticos en personas que sufren ciertas condiciones como el tabaquismo y la depresión o ansiedad provocada por enfermedades potencialmente mortales, como el cáncer. Han allanado el camino para los estudios en curso del tratamiento del trastorno depresivo mayor. También han explorado la relación reciproca que existe entre la psilocibina y la meditación.


En el 2010, el Centro Oncológico Aquilino Cáncer Center,  al mando del Doctor Bill Richards y su hijo Brian, psicólogo clínico, utilizaron la terapia con psilocibina con pacientes de cáncer terminal con resultados realmente positivos, donde con una sola dosis en la vida les cambio el modo de mirar la muerte, calificando que hay una realidad espiritual más allá de la real y que en el trance el paciente ve que hay una vida más allá de la vivida donde pasado, presente y  futuro se funden,  se desintegra; El yo (cuerpo) renace en el todo, ello hace comprender que la muerte es una dimensión que no veíamos y sentíamos pero que está en nuestras vidas.


En 1970, el científico Rolland Griffith en sus estudios Psicofarmacológicos en la universidad de Harvard, comprueban que los psicoactivos tienen influencia en el comportamiento humano, descubriendo que en pacientes que nunca han probado psicoactivos, después de una sola aplicación tiene experiencias significativas en sus vidas, cambios de aptitud, de comportamiento, de apertura a la naturaleza a la gente y a la vida.

 



Otro fin del mundo es posible,” el epígrafe es muy elocuente. Huxley y las sustancias psicoactivas. Nuestra cultura tiene un miedo a la muerte, un miedo a la trascendencia, un miedo a lo desconocido, todo eso y más es puesto en cuestión por los medicamentos psicodélicos,” democratizar la farmacología, la transformación de la humanidad para su bienestar, un mejor entendimiento entre congéneres, mayor comprensión del mundo, diría compasión por el dolor , humildad ante la ignorancia, y en esas reflexiones me pregunto:  habrá algo más axiomático que el miedo a la muerte que ponen en escena la eutanasia. Mentes brillantes que no encontraron el camino y optaron por su autoeliminación dejando su obra como protesta a los rígidos postulados del comportamiento social. Huxley es rescatado del olvido por Alejandro Gaviria, justo en momentos en que el escritor se le confirma el diagnóstico de “linfoma no hodgkin difuso de células grandes“ y le abre un camino a la terapia de su enfermedad.


El miedo es un mecanismo de defensa natural, esa pequeña amígdala que se localiza en el cerebro y emite señales de alerta” ante los estímulos, grita: “ peligro,  auxilio, corre, detente,” que puede conducir a las fobias, podríamos decir. Que el uso de la  mescalina y LSD  privilegios de los genios del arte y la poesía, para citar algunos como Van Gogh o William Blake, que habían experimentado  “ cruzar la puerta en la pared “  como un vehículo para encontrar la “ felicidad“ y que desafía los temores del fin de manera solaz, sin dolor, ni padecimientos, ni tratamientos de alto costo, sin trasegares entre las clínicas, las batas blancas, agujas, y cámaras, que nunca salvarán o resucitarán a quien "in extremis" vence el miedo y se atreve a cruzar la puerta vedada.


¿Pero acaso la felicidad no es también el otro extremo del péndulo?, Su esencia vive en el cerebro, la hormona responsable es la serotonina que se nutre de una sustancia conocida como triptófano que contenidos en algunos alimentos como las frutas, controlan el apetito y temperatura corporal. Las Altas cortes le llamaron libre albedrío, libre desarrollo de la personalidad, uso legítimo de la libertad, no estubieron consagrado en el acta de independencia de 1776, como un fin, principio y derecho equiparado con la igualdad de los hombres, su derecho a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad.


El desafiante Huxley, así lo llamo en el contexto, dice que el uso de sustancias psicoactivas puede ofrecer experiencias “esclarecedoras de una visión distinta que nos conecta con las cosas y el mundo y diluye convenientemente algunas jerarquías” - lo que lo hace por sí un rebelde desconocido. En fin, las drogas no ya como formas de enajenación o esclavitud sino como una forma de liberación (siempre parcial y transitoria). Huxley es pregonero del uso de los Psicodélicos, probó la mescalina y en 1955 incursionó con ácido lisérgico LSD, esa droga hija de la casualidad de Albert Hofmann en 1943, y de fondo la música de Bach en el Concierto de Brandeburgo, relata su mística vivencia, su conexión y lucidez, conversando con algunos inquietos que cruzaron la puerta de la pared, afirma que vió dibujadas  las notas del pentagrama, flotando armónicamente; Van Gogh, se expresa en el color y los rasgos como los percibió bajo los efectos de la digitalis purpurea, medicamento para tratar las crisis maniacodepresivas.


La década de 1955 a 1965 el uso de psicodélicos se empleó en tratamiento de adicciones fuertes de casos perdidos de alcoholismo, tabaquismo, estrés post traumático, drogadicción. Ahora se estudia a nivel científico la adicción a los opioides, (ésta en marcha para enfermos terminales, esquizofrenia, anorexia, y ansiedades). Sorprenden los resultados también en las artes que ver el mundo con los lentes de la luz que irradia su haz del otro lado al “cruzar la puerta.”


Cuestionar el uso de las drogas psicodelicas, es tanto como desconocer la obra de Steve Jobs y de Silicon Valley, las cátedras de Berkeley y Stanford, y la cátedra de la primera Universidad de Estados Unidos Jhon Hopkins que en 2018 inauguró el centro de estudios de sustancias psicodélicas y sus aportes al bienestar de pacientes en todo el mundo. Colombia ya reglamenta el uso del cannabis con fines medicinales y paliativos; se avanza en el estudio de otras propiedades del arbusto de coca, en la industria textil. En el congreso se hunde el uso recreativo de la marihuana y los hongos el reino más grande de la naturaleza con su magia procaz cautiva solo a los genios parecería un privilegio de los eudemonistas.


No acabaría esta reseña sin mencionar dos documentales que están en la plataforma de Neflix:  “Hongos mágicos” y “Como cambiar tu mente”, este ultimo, basado en el libro de Michael Pollan, escritor, periodista, y profesor de la universidad de Harvard, que hace un recuento detallado sobre el uso medicinal de los hongos, de donde se extrae la psilocibina, las terapias que se han adelantado con el acido LSD, las terapias con la sustancia MDMA o éxtasis y el uso ancestral por parte de los indígenas americanos y mejicanos del peyote, de donde se extrae la mescalina, utilizada por estos en sus rituales sagrados y su convicción en la existencia de una realidad más allá de la física y su integración con un todo.


Luz Marina Avila Sotomontes.

Abogada. Ex-Asesora de la Contraloria de Bogotá. Ex-Personera Delegada  ante las entidades descentralizadas de Bogotá. Ex-Procuradora Judicial ante el Tribunal Superior. Artista plástica.

 

 

 

 

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5 Comments


Guest
Jun 13

Querida Luz Marina, un artículo para reflexionar, tanto en la medicina convencional, como en la medicina holistica y “ chamánica”. Personalmente, se abre una puerta interesante, pues la medicina y el arte en el sentido amplio de la palabra, ambas se complementan, he tenido la oportunidad de estar relacionada con ambas ARTES y con mis obras de arte he tratado de “hacer un viaje” con el buen uso de la “serotonina” usando la meditación, el yoga, alimentación y profundizar en temas metafísicos, disciplinas que han complementado mi bien estar psíquico, mental y espiritual conscienteMENTE.

Gracias por el tema que deja mucho para reflexionar en el sano uso del contenido.

Un abrazo

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Guest
Jun 10

Te felicito Luz Marina exelente escrito que bueno saber de ti

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Guest
Jun 08

Felicitaciones sabía que eras pintora pero no escritora que buen análisis ,muchos éxitos en tu nueva etapa .

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Guest
Jun 05

Hola Luzma, felicitaciones!! Me gustó mucho el enfoque y el análisis que haces.

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Guest
Jun 02

Excelente escrito y análisis. Felicitaciones.!!!

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