La historia aclara la fecha y el nacimiento de Cristo antes de la era cristiana
- Alvaro Echeverri Uruburu

- 25 nov
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Actualizado: hace 5 días

Para que no se piense que el presente artículo ataca creencias largo tiempo aceptadas por los seguidores de la religión cristiana, debe aclararse que la época y el año del nacimiento de Cristo no son dogmas de fe, maxime cuando los evangelios canónicos poco o nada dicen sobre este hecho.
Dicho lo anterior, cabe pues preguntar dentro de que tiempo histórico pudo ocurrir el nacimiento de Cristo. En el siglo octavo de nuestra era, un monje inglés, Beda llamado “el venerable,” comenzó a denominar los tiempos históricos, con los apelativos “antes de cristo” y “después de cristo”, tomando como punto de partida, hacia atrás o hacia adelante en el tiempo, el supuesto año de nacimiento del fundador del cristianismo, establecido cuatro siglos antes por otro monje, “Dionisio el exiguo”, apelativo que no hacía referencia a su estatura sino a su inclinación por la humildad.
He aquí la historia de una gran equivocación que perdura hasta nuestros días. En el siglo IV, el Papa Juan I, encomendó al monje Dionisio erudito y matemático, la tarea de establecer la fecha y el año de nacimiento de Cristo, a fin de fijar con precisión la celebración de la pascua de navidad.
Dionisio, consideró que dichos acontecimientos habían ocurrido el 25 de diciembre del año 753 desde la fundación de Roma (“ab Roma condita”), que era como entonces se contabilizaba el tiempo en todas las regiones de la cuenca del mediterráneo sometidas al Imperio Romano. Por tanto, para Dionisio el año 753 pasó a ser el año uno de la era cristiana, a partir del cual se continuarán contando y denominando los años y los siglos.
Pero el monje se equivocó al menos en cuatro años con respecto al nacimiento de Cristo, porque si tenemos en cuenta que el más antiguo de los Evangelios Canónicos, el de Marcos, sostiene que Cristo nació bajo el reinado de Herodes “el grande”- monarca sometido a Roma y famoso por sus proyectos arquitectónicos, entre otros, la reconstrucción del templo de Salomón, destruido 500 años antes por Nabucodonosor- y éste, Herodes, murió cuatro años antes del 753 desde la fundación de Roma y año primero de la era cristiana, ello quiere decir que el fundador del cristianismo tuvo que nacer por lo menos cuatro años antes de esa.
Y el otro interrogante: ¿de dónde surgió el día del 25 de diciembre como la fecha del nacimiento de Cristo, cuando los evangelios nada precisan sobre este particular?
Todo parece indicar que esta fecha fue una decisión claramente intencional de distintos papas, hasta su consagración definitiva por el papa Julio I (337-352 d.c.).
Convertida la religión cristiana en religión aceptada por el Imperio Romano y más tarde en religión oficial, las autoridades eclesiásticas se empeñaron en extirpar las creencias, cultos y ritos paganos, sustituyéndolos por las creencias y los ritos cristianos. Es precisamente lo que ocurrió con el 25 de diciembre que coincide con el solsticio de invierno en el hemisferio norte, caracterizado por el día más largo del año, durante el cual el solo parece detenerse para reiniciar su carrera por el espacio. Precisamente por eso los romanos habían comenzado a celebrar el culto oriental del “sol invictus”, introducido por el emperador Heliogábalo (222-218 d.c.).
La iglesia sustituyo la luz solar que resplandece de entre las tinieblas por “Cristo luz del mundo” (“lux mundi”) que buscó borrar cualquier referencia al dios solar.
En este esfuerzo del cristianismo por sustituir el mundo pagano, visto como obra del demonio, resulta interesante traer a colación como santa Helena, madre del emperador Constantino, decidió construir la iglesia de la natividad (todavía en pie en la Cisjordania Palestina) en una antigua cueva, donde según San Jerónimo– traductor de la biblia del griego al latín- se practicaba un antiguo culto al dios Tamuz, divinidad del origen sumerio – caldeo, que según textos religiosos consignados en tablillas de arcilla, había nacido un 25 de diciembre de Semiramis, diosa virgen -más tarde llamada Isthar -, quien lo había concebido por medio de un rayo de sol, en el cual se había convertido Nemrod- bisnieto del Noe bíblico-. esposo de Semiramis. Tamuzhabía muerto por el ataque de un jabalí, siendo resucitado cada seis meses por su madre, representando simbólicamente el paso de la oscuridad del invierno a la fecundidad de la primavera.
Corrientes protestantes como los mormones y los testigos de Jehová, que rechazan las festividades navideñas del catolicismo y otras iglesias cristianas, acusan al primero de haber transformado el mito de Tamuz, atribuyéndolo a Cristo, para legitimar una celebración que en sus orígenes era pagana y, que el cristianismo primitivo no celebraba, pues la única conmemoración valida era el de la muerte y resurrección de Cristo. Y en esto no les faltaba razón, pues Pablo de Tarso, sin duda en la práctica el constructor del cristianismo, nunca mencionó el natalicio de Cristo, pero si muchas veces su muerte y resurrección redentoras.
Así, el estudio de las religiones y en particular del cristianismo, cada vez nos depara más resultados sorprendentes que desquician viejos conceptos y creencias.
Ex-Costituyente 1991. Ex-Magistrado Consejo Superior de la Judicatura. Magister en Ciencia Política.

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