top of page

Donald Trump: ¿Premio nobel de la paz?

  • Foto del escritor: Jorge Mendoza
    Jorge Mendoza
  • 27 sept
  • 7 Min. de lectura

ree

“El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, nominó a Donald Trump para el Premio Nobel de la Paz 2025. El anuncio se realizó durante una cena privada en la Casa Blanca el 2 de julio de 2025, donde Netanyahu entregó personalmente copia de una carta dirigida al Comité Noruego del Nobel.”

 

 

El grado de cinismo de esta noticia fue tal, que el propio Alfred Nobel se debió retorcer en su tumba recordando que su fortuna se destinaría a instituir un premio para la persona que, según su testamento: “hubiera demostrado su contribución significativa a la fraternidad entre las naciones, la reducción de ejércitos y la promoción de congresos de paz”. Parece increíble que precisamente el mandatario que ha comandado el genocidio e infanticidio más horrendo y descarado contra el pueblo palestino sea el vocero de la designación del presidente de los Estados Unidos al premio más alto de reconocimiento de acciones en favor de la paz que otorga el “Comité Noruego del Nobel” en la ciudad de Oslo, con un premio de un millón de dólares americanos.

Y es que Trump ha armado un tinglado que, con ayuda del aplastante poder de los medios de comunicación, tiene al mundo convencido de que es el adalid de la terminación de conflictos bélicos y que sus más de 15 viajes al exterior, que ha realizado desde que se posesionó por segunda vez como presidente de los Estados Unidos en enero de 2025, han sido orientados a lograr la “fraternidad entre las naciones y la reducción de ejércitos”. Nada más alejado de la realidad.

 

En EE.UU. están establecidos los Comités de Acción Política (PAC por sus siglas en ingles), que son agrupaciones gremiales por los cuales se canalizan las grandes fortunas y apoyos monetarios de multinacionales y grupos de poder, para financiar campañas presidenciales. Los más importantes para la elección de Trump fueron los relacionados con los sectores de tecnología, casinos, finanzas, construcción, automotriz, petróleo, industria militar y otros.

Y es que, aunque la “democracia” define la elección del presidente mediante “voto popular”, es innegable que la opinión de los votantes puede ser influenciada por la intensidad de los mensajes transmitidos por los medios de comunicación, las redes sociales y en fin por la llamada “campaña electoral”, y por eso la cantidad de dinero y la estrategia publicitaria son fundamentales para lograr ser elegido a la presidencia de cualquier país. Pero también es cierto que los “donantes” de las campañas le cobran al elegido exigiendo acciones de gobierno que los beneficie como retorno de su inversión.

 

El partido republicano, escogió como candidato para la elección del presidente de EE. UU a una figura mediática de reality shows, con capacidad de capturar al público mundial para convencerlos de su papel, cualidades muy convenientes para armar una obra de teatro que envolviera al mundo en una historia tremenda, escondiendo sus verdaderas intenciones. El elegido ha cumplido a cabalidad su papel histriónico y ha montado un show que se basa en el tema ARANCELES y la amenaza de que: “los países del mundo deben pagar muy caro el haber dejado de invertir en EE.UU. y hayan decidido comprar bienes y servicios de otras regiones, llevando al país a la desindustrialización. Si quieren vendernos sus productos, deben pagar impuestos muy altos y punto”.

Pero la verdadera intención es obligar al resto del mundo a hacer grandes negocios que favorezcan a las multinacionales que apoyaron la campaña electoral.

 

Trump merece un OSCAR a la mejor actuación, no un premio nobel de la paz.

 

Veamos someramente lo que han informado los medios de comunicación sobre el resultado de algunos de los viajes de Trump al exterior desde enero 2025:

 

·      En mayo de este año, Trump viajó a Ucrania en medio del conflicto con Rusia y se reunió con el presidente V. Zelenski, supuestamente para gestionar la paz. Al final se firmó un tratado mediante el cual Estados Unidos y Ucrania establecen un fondo monetario conjunto para la reconstrucción del país, con sede en USA, y financiado con la explotación de recursos naturales ucranianos, incluyendo minerales críticos como titanio, litio, grafito, berilio y uranio, así como petróleo y gas. La explotación y operación de los proyectos estará a cargo de empresas de EE.UU. con total autonomía operativa y decisoria. El acuerdo estipula que el 50% de los ingresos generados por la monetización futura de estos recursos naturales se destinarán al fondo, con el objetivo de invertir en otros proyectos dentro de Ucrania. Es decir, que las empresas estadounidenses explotan los recursos naturales en suelo ucraniano, reinvierten la mitad de los ingresos en más proyectos futuros y el resto se destina a la “reconstrucción de Ucrania”. ¿Cuál Paz? La Rada Suprema (congreso de Ucrania) ratificó el tratado el 8 de mayo de 2025.

·      El 13 de mayo D. Trump viajó a Arabia Saudita y firmó un acuerdo de defensa por un valor de US $110 mil millones, con una proyección de hasta US $350 mil millones en los próximos 10 años. Este acuerdo incluye la modernización de las fuerzas armadas saudíes, mejoras en sistemas de defensa aérea y la producción local de armamento. Se establecieron acuerdos por un total de US $280 mil millones, abarcando sectores como energía, tecnología, infraestructura y petroquímica. Empresas estadounidenses como General Electric, ExxonMobil y Lockheed Martin participaron en estos acuerdos.

·      El 15 de mayo viajó a Qatar donde se anunció un acuerdo para la adquisición de aproximadamente 160 aviones Boeing por parte de Qatar Airways.

·      El 16 de mayo Trump voló a Emiratos Árabes Unidos y acordó la construcción del “mayor campus de inteligencia artificial fuera de EE.UU.” en Abu Dabi, con capacidad de 5 GW. Este proyecto permitirá a EE.UU. vender hasta 500 mil chips de IA de última generación de NVIDIA anualmente, a partir de 2025. Las instalaciones deberán estar operadas por empresas estadounidenses, con estrictas normas de seguridad para evitar la transferencia tecnológica. ADNOC (compañía petrolera emiratí) anunció un incremento de sus inversiones en el sector energético de EE.UU., elevándolas a US $440 mil millones para 2035 (desde los US $70 mil millones actuales). Esto incluye proyectos en petróleo, gas natural y energías innovadoras, con participación de empresas como ExxonMobil, Occidental y EOG Resources. Se publicaron múltiples contratos entre empresas estadounidenses y los Emiratos Árabes Unidos, por un monto superior a US $ 200 mil millones, abarcando sectores como aeroespacial, energía, manufactura avanzada y tecnología. La aerolínea Etihad Airways ordenó 28 aviones Boeing (787 y 777X) con motores de General Electric Aerospace, por un valor estimado de US $14500 millones de dólares.

·      El 27 de julio Trump recibió a la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen y firmaron un acuerdo en el cual se estableció un arancel del 15 % sobre la mayoría de los productos europeos y a rebajar a cero los aranceles de productos estadounidenses. La Unión Europea se comprometió a comprar energía estadounidense por valor de US $750 mil millones y a realizar inversiones por valor de US $600 mil millones en la compra de equipo militar estadounidense.  A cambio de nada.

·      La región de Nagorno Karabaj ha sido disputada desde principios del siglo XX pues, aunque tiene mayoría armenia, fue integrada como región autónoma dentro de Azerbaiyán por la URSS en 1920. Tras más de un siglo de disputas, finalmente en 2024 Azerbaiyán tomó toda la región, provocando el éxodo de 120.000 armenios.

El 8 de agosto pasado en la Casa Blanca, por invitación de D. Trump, se reunieron los líderes de las tres naciones y firmaron un tratado de paz que parece sólido y estable. Pero la perla escondida del acuerdo consistió en el otorgamiento a EE. UU. de derechos exclusivos por 99 años para desarrollar el “Trump Route for International Peace and Prosperity” (TRIPP), un corredor de 44 kilómetros para tránsito de personas y mercancías, entre el enclave de Nakhchiván y el resto de Azerbaiyán, evitando territorio ruso o iraní. Incluye infraestructura vial, ferroviaria y energética, que construirán las empresas estadounidenses.

·      En julio se anunció el tratado con Japón, en el cual se acordaron tarifas mutuas del 15 % (frente al 25 % anteriormente amenazado); además, se anunciaron compromisos de inversión por parte de Japón por US $550 mil millones en EE. UU

·      También en julio, se anunció el tratado con Indonesia, según el cual ese país compraría US $15 mil millones en energía, US $4.5 mil millones en productos agrícolas y 50 aviones Boeing; EE. UU. impondría un arancel del 19 % en importaciones indonesias, mientras Indonesia no gravaría productos estadounidenses.

·      La cereza del pastel se presentó el 15 de agosto, cuando Trump anunció con gran despliegue, una reunión con el ruso V. Putin en suelo estadounidense. Efectivamente en Anchorage – Alaska se reunieron dos de los personajes más influyentes y poderosos de la actualidad, generando una gran expectativa sobre la resolución del conflicto ruso – ucraniano, que por supuesto parecía ser el centro de sus conversaciones. Pues no fue así.

Las delegaciones de los dos países estuvieron reforzadas por personajes relacionados con el manejo económico y de inversiones, más que políticos.

Los temas tratados que se dieron a conocer giraron sobre la creciente importancia del ártico como canal marítimo, dado que el calentamiento global y el constante deshielo han permitido su navegabilidad. Putin enfatizó el potencial para cooperación en tecnología, espacio y comercio ártico, mencionando incluso el transporte por el Northern Sea Route como un puente entre Estados Unidos y Rusia. Esta es una ruta que Reduce el trayecto entre Europa y Asia hasta en un 40% respecto al Canal de Suez y que está 100% en territorio ruso.

 

Esta lista no es exhaustiva, pero demuestra claramente el objetivo económico de los viajes de Trump. Las arcas de las grandes empresas estadounidenses sin duda se verán beneficiadas con los negocios pactados a futuro. Pero las preguntas que surgen son: si esto mejorara el estado de bienestar de TODA la población de los Estados Unidos; si tendrá un efecto positivo en el empleo, en la educación y la salud general de ese gran país; y sobre todo, si se sustenta un Nobel de la Paz para el gobernante de la potencia del norte.


*Economista, especialista en Economía Internacional

Comentarios


bottom of page