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Atrapados en sus propias redes

  • Foto del escritor: Alvaro Echeverri Uruburu
    Alvaro Echeverri Uruburu
  • 29 may
  • 2 Min. de lectura

Tanto los sectores de oposición que actúan en el Congreso de la República, como el gobierno del presidente Petro, han terminado atrapados en serias contradicciones producto de sus erradas decisiones a propósito de la Reforma Laboral.


Primero fue el hundimiento del proyecto de reforma como consecuencia del voto negativo de ocho congresistas de la oposición pertenecientes a la Comisión 7ª. del Senado, desconociendo en esta forma la voluntad mayoritaria de la Cámara de Representantes que había aprobado el proyecto, lo mismo que el derecho de los colegas de esa corporación a debatirlo y si fuere del caso igualmente aprobarlo.


Esta antidemocrática decisión- sin duda legal como tuvimos ocasión de señarla en anterior oportunidad-, le proporcionó munición y armamento a un gobierno acosado por un creciente rechazo popular. Porque con todos sus bemoles, la reforma laboral no solo era necesaria desde hace muchos años, sino que la presentada por este gobierno goza de innegable popularidad tal como lo registran las encuestas.


El gobierno entonces, sorprendió al país con la propuesta de convocar una consulta popular- mecanismo legal y constitucional válido-, para que el propio pueblo dirimiese la divergencia suscitada entre el ejecutivo y legislativo con respecto a la reforma laboral.


El mecanismo de la consulta, que requiere para su validez el concepto previo favorable del Senado, colocó a los sectores de oposición ante una alternativa que en todo caso los enfrentaba al descrédito público: mantenerse en la oposición a la reforma, negándose a dar vía libre al pronunciamiento democrático del pueblo.


Pero en un acto indudablente audaz e inesperado, congresistas de la oposición, pero igualmente de quienes estaban a favor de la reforma, propusieron tramitar la apelación presentada ante la plenaria del Senado por sectores del oficialismo contra la decisión de archivo adoptada por la comisión 7ª. Este recurso legal que el gobierno había desestimado, seguramente porque la agitación popular que le proporcionaba el llamamiento a la consulta, parecía darle más réditos políticos, sobre todo con miras a las elecciones del congreso y presidenciales del próximo año.


Un poco contra las cuerdas, los congresistas cercanos al gobierno debieron aprobar el trámite de la apelación. Así, aceptada esta por la plenaria del Senado, el proyecto de reforma laboral como lo dispone el reglamento del Congreso, pasó a una nueva Comisión, la 4ª, que sin mayores contratiempos y en forma acelerada terminó por aprobarla.


La resurrección de la reforma laboral ha dejado los paros escalonados y hasta un paro general propuesto por Petro y acogido por una de la centrales obreras, se han quedado sin argumentos, pues la motivación para tales acciones no era otra que el rechazo sufrido por la reforma de parte de un sector del Congreso de la República.


Seguramente, la constatación de la pérdida de una verdadera justificación para las movilizaciones o quizá la fatiga y el hartazgo en razón a la continua convocatoria para realizarlas, han terminado por mellar este mecanismo del cual Petro ha sabido aprovecharse con audacia. Así lo demostró la precaria asistencia a las manifestaciones de los días convocados para el paro 27 y 28 de mayo. Seria conveniente que Petro entendiera que es la hora de comenzar a dar cuenta de los resultados de su gestión presidencial, en vez de continuar despertando y exaltando las emociones de sus seguidores.

   

El Editor.

 

 

 

 

1 Comment


Guest
Jun 02

hola muy interesante

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