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2025: Entramos al futuro

Foto del escritor: Jorge MendozaJorge Mendoza

Actualizado: 1 mar

En medio de tantas noticias alarmantes y decepcionantes a nivel nacional e internacional, encontramos dos sucesos de gran relevancia que van a cambiar, para bien, el rumbo de nuestras vidas cotidianas: 1- El anuncio de la empresa china de automóviles “Geely”, del lanzamiento al mercado de su nuevo auto hibrido con metodología “Leishen EM i” con autonomía de más de 2.300 kilómetros de recorrido y, 2 - El anuncio de la empresa “Google” del desarrollo de su chip “Willow” que perfecciona la computación cuántica de tal manera que puede resolver en 5 minutos, cálculos que las computadoras existentes tardarían 10 septillones de años (es decir, 10 elevado a la potencia 25), cifra que supera la edad calculada de nuestro universo.


La importancia del anuncio de Geely es que, sin duda, implica la minimización del problema de recarga frecuente que presenta la mayoría de los autos eléctricos e híbridos. Otras marcas chinas como BYD también están acercándose a esa gama de autonomía y en poco tiempo estarán en el mercado autos de marcas relacionadas con las dos mencionadas, como Lotus, Volvo, Renault y otros, presentando autonomías de alto rango. Por otra parte, el costo de las baterías usadas en los autos eléctricos ha disminuido significativamente en los últimos años. En 2010 el precio promedio de las baterías de iones de litio era de US$ 1.100 por KWh., y para 2023 éste se había reducido a US$ 151 por KWh.

Así pues, los medios de transporte terrestre impulsados por combustión de gasolina y Diesel entraran en un ciclo claro de desuso y veremos cada vez más en las carreteras vehículos eléctricos silenciosos, sin contaminación ambiental, con equipamiento tecnológico avanzado, conducción autónoma y con gran comodidad para sus ocupantes. Es decir, vamos hacia la IRRELEVANCIA DEL PETRÓLEO.


Y no es poca cosa, recordemos que desde que se extrajo el primer barril de petróleo en 1.859 en el estado de Pensilvania – Estados Unidos, hemos vivido toda una era petrolera que ha marcado la historia de la humanidad hasta nuestros días.

Karl Benz inventó en 1.885 el primer automóvil a gasolina, y luego la demanda de ese combustible creció dramáticamente, después de que Henry Ford cumplió con su promesa de crear un auto que todo el mundo pudiera comprar, con el “Modelo T” en 1908. Más adelante, en los albores del siglo XX, la primera guerra mundial enervó el uso de la gasolina para movilizar tanques, camiones y barcos, lo que se tradujo en un interés desmesurado de los países contendientes por conseguir el control de los yacimientos petroleros de todo el mundo.


Como ya desde 1.908 se había descubierto la existencia de grandes yacimientos petrolíferos en Arabia y otros países de Oriente Próximo, las empresas transnacionales especializadas, apoyadas por los gobiernos de las superpotencias, iniciaron una trepidante carrera para hacerse con los contratos de explotación de sus hidrocarburos, aprovechando la inexperiencia y desconocimiento inicial de los gobernantes de esos países. Inglaterra, que no tiene petróleo en su territorio, instó y apoyó a los árabes a independizarse del imperio Turco Otomano a cambio de que sus empresas accedieran al preciado oro negro. Sin embargo, tras bambalinas negoció con Francia el reparto de Oriente próximo en el famoso acuerdo Sykes – Picot de mayo de 1.916, en el que se trazaron límites territoriales entre los países petroleros, sin tener en cuenta etnias, razas o intereses de los pueblos originarios, priorizando los intereses económicos petroleros. Obviamente, las consecuentes luchas interraciales, religiosas y políticas de esa explosiva región han llegado hasta nuestros días.


Otro ejemplo de la “codicia por el petróleo” fue el Acuerdo Petrolero Angloamericano de agosto de 1.944, que pretendía reconfigurar la geoeconomía y proponía dividir el petróleo de Medio Oriente entre Estados Unidos y Reino Unido. El presidente Roosevelt le dijo a Winston Churchill: "El petróleo persa... es suyo. Compartiremos el petróleo de Irak y Kuwait. Respecto al de Arabia Saudita, es nuestro". Pero claro, nunca pensaron en la población de esas naciones ni en las repercusiones sociales o ambientales que se producirían, aunque oficialmente este tratado nunca entro en vigor.

En general, la historia de la segunda mitad siglo XX fue marcada por hitos importantes originados en la disputa por el petróleo. Mencionaremos solo algunas:

  • En 1.956 Egipto bloquea y se apodera del canal de Suez

  • En 1.973 la OPEP realiza un “embargo petrolero” en represalia por el apoyo de los Estados Unidos a Israel en la guerra del Yom Kippur.

  • En 1.990 Irak invade a Kuwait e incendia 700 pozos petrolíferos.

  • En 1.998 Estados Unidos implementa el método de fracturación hidráulica en la extracción de petróleo.


Y sin duda, el siglo XXI se inicia en medio de la locura global de la lucha por el control de los hidrocarburos. Pero esto está a punto de terminar. ¿Estamos preparados para un mundo sin petróleo?  A nuestro modo de ver, la presión de la llamada “Agenda Verde”, los avances tecnológicos de las energías alternativas, el convencimiento general de que el petróleo es un recurso NO renovable, y que sus reservas se disminuirán a un nivel crítico en la segunda mitad de este siglo, nos enfrentan a un cambio de paradigma que tendrá consecuencias muy profundas en la conformación de los ejes de poder geopolíticos y geoeconómicos. Los países que más se verán afectados serán los que más dependan de las exportaciones de petróleo: el 70% de las exportaciones totales de Arabia Saudita provienen del petróleo, el 90% de las de Irak, el 40% de las de Rusia, el 8,5% de las de los Estados Unidos y 40% de las de Colombia en el año 2.023. Supuestamente todos ellos ya tienen planes serios de sustitución de exportaciones y de ingresos fiscales que remplacen a los de los hidrocarburos.


Por eso creo que más a mediano plazo, debemos adaptarnos a un mundo más limpio energéticamente y debemos acostumbrarnos al cambio fundamental de la “despetrolización” mundial. Desafortunadamente no somos muy optimistas en pensar que los motivos de los conflictos mundiales van a cesar. Solo van a cambiar de motivación.


La segunda gran noticia es la del lanzamiento del chip “Willow” por parte de Google. Como ya se dijo, la velocidad y capacidad de la computación cuántica para procesar información nos parecerá casi infinita en el futuro próximo y muy pronto veremos su incidencia en áreas muy importantes de la vida humana.

Una primera hipótesis es que la Inteligencia Artificial va a poder desarrollarse muy significativamente, con las implicaciones prácticas que eso conllevaría en el avance de la robótica autónoma aplicada a muchos campos de la cotidianidad como la fabricación industrial, las cadenas de suministro, la movilidad, el transporte, el manejo de la información,  y sobre todo, el apoyo a la realización de labores profesionales relacionadas con la medicina, el derecho, la educación, la investigación y muchas otras áreas.


También veremos pronto muchos avances en lo que se ha dado en llamar el “transhumanismo”, que se refiere al mejoramiento de las capacidades humanas con apoyo de la tecnología. Pensemos en las personas con alguna sub - capacidad viendo mejorar sus vidas con el uso de aparatos o chips implantados, o en el uso de nanotecnología para “bucear” dentro del cuerpo humano haciendo diagnósticos certeros, o en aplicaciones que mejoren las herramientas llamadas CRISPRS (Clustered Regulary Interspaced Short Palindromic Repeats) usadas en el corte preciso de genes para la manipulación genética dirigida a lograr mejoras en los seres vivientes, y muchas aplicaciones más. Por supuesto, un gran salto de la ciencia impulsado por la tecnología de la informática.


Otros campos de la vida cotidiana en los que veremos cambios radicales pueden ser: el dominio del espacio próximo (me refiero a la Luna y el planeta Marte), para emprender allí una minería espacial que nos provea de minerales y elementos de la tabla periódica escasos en la Tierra. Otro será el manejo del dinero digital y la disminución importante del uso del dinero en efectivo circulante. Estos fenómenos ya están en camino. De seguro hay muchos otros avances que rápidamente se desarrollarán y nos afectarán positivamente.


Obviamente, hay que tener en cuenta los riesgos que podrían presentarse con el mal uso de estas tecnologías tan poderosas, ya que es difícil imaginar que no puedan caer en manos malintencionadas. La seguridad de los datos del sistema financiero mundial, de los sistemas militares, médicos o de cualquier orden, podrían estar al alcance de las manos equivocadas y producir mucho daño.

Por otra parte, no hay que olvidar que la Inteligencia Artificial se sustenta en la creación de gigantescos centros de datos que requieren una ingente cantidad de energía para su funcionamiento; al punto que empresas tecnológicas como Google o Microsoft están comprando centrales nucleares y empresas de generación de energía eléctrica para sustentar sus avances en IA.


Quiero cerrar este tema con una reflexión que ya había tratado en otro de mis artículos publicados en esta revista en alguna de las ediciones anteriores: Acostumbrémonos a ver la vida con sentido CAORDICO, es decir, ver el orden de largo plazo que existe en medio del CAOS que se percibe a corto plazo. El encerrar nuestra mente en el análisis coyuntural de los sucesos diarios no nos permite avizorar el largo plazo. Con certeza estamos viviendo un período de grandes ajustes, de una desgarradora violencia humana, de una ilógica total de la especie “pensante” del planeta, de una lucha sin cuartel por el poder codicioso de los llamados dirigentes de las sociedades. Pero podemos estar seguros de que a las generaciones venideras les corresponderán tiempos más racionales, y los avances tecnológicos brevemente descritos en este ensayo así lo auguran.


*Jorge Mendoza, Economista, especialista en Economía Internacional


2 comentarios


Invitado
08 mar

Este artículo da cuenta no solo de los beneficios de gran importancia que la IA. y el desuso del petróleo por otros recursos energéticos . Del reparto del resto del mundo por las potencias hoy algunas en decadencia, pero que siguen repartiéndose el mundo en las guerras que ellos mismos arman,por eso resalto una de las conclusiones a las que llega el articulista: “Desafortunadamente no somos muy optimistas en pensar que los motivos de los conflictos mundiales van a cesar. Solo van a cambiar de motivación.”

Si embargo, veremos un futuro con inmensos a vences en la ciencia y en la tecnología tal como lo anuncia el artículo. Felicitaciones ,de gran calidad este texto.

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Invitado
11 mar
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Gracias

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