“Nuestro gobierno, no será de boato y ostentación, pero si se encontrarán en él, las virtudes de la humilde democracia, sobrado patriotismo y resignación de los empleados…”
Alejandro Santander
Editorial de “La Estrella del Sur”
Pasto, 1 de febrero de 1880
Desde hace algún tiempo atrás y en el presente, algunos territorios en el país como Antioquia, Boyacá, Cesar, Magdalena, entre otros, han intentado y anhelan separarse del centralismo y formar "Repúblicas independientes" o nuevas secciones regionales con carácter más autónomo. A propósito, vale hacer memoria de lo que ocurrió en el sur del país, desde los tiempos de la Sociedad Reparadora, hasta lograr la creación jurídica del Departamento de Nariño.
Ahora bien, a escasos dos años de haber sido Pasto, designada como capital provisional de la República de Colombia y ya en el marco federalista de los Estados Unidos de Colombia, o sea en 1864, surge la utopía de segregarse del Cauca para conformar el Estado Soberano del Sur.
En enero de 1865, en la Corporación Municipal de Pasto, nace la “Sociedad Reparadora”. Sus integrantes son en su mayoría liberales, portadores de un pensamiento y filosofía modernista que prometían “trabajar por el bien del país, resumiendo los partidos para preparar mejor el Décimo Estado Soberano”1.
La Sociedad Reparadora conlleva una filosofía tal que pretende restañar heridas por las pugnas políticas vividas en el país. Es decir, piensa en el bienestar de la patria, pero también se propone luchar por el futuro regional, al segregarse del Cauca y adquirir vida autónoma.
Lo anterior se traduce en la concepción de la Sociedad Reparadora y en los pilares en los que se sostiene para someter a la consulta ciudadana: “1. La creación de un Décimo Estado Soberano compuesto por los Municipios de Pasto, Túquerres, Obando, Barbacoas y el territorio del Caquetá; 2. La refusión de los partidos políticos que han dividido al país y servido de rémora a la prosperidad; 3. La Instalación de una Sociedad Reparadora, con el fin de trabajar directamente a fin de llevar a cima las dos primeras ideas. Preguntó a toda la concurrencia que si acepta la 3ª. y manifiesta de una manera espléndida la voluntad de todos los concurrentes, se procedió a la instalación de la sociedad […] Luego de que los nombrados tomaron posesión de sus empleos, se declaró instalada la Sociedad Reparadora”2.
En aquel tiempo, la república federal estaba integrada por nueve estados: Cauca, Antioquia, Cundinamarca, Tolima, Boyacá, Magdalena, Bolívar, Panamá y Santander, los mismos que gracias al espíritu de la Constitución del 63, habían quedado en el pleno disfrute de su autonomía, con libertad para redactar su propia constitución y establecer las legislaturas, la administración seccional, economía y el ejército. Por una parte, se devela que al fin del sistema federalista soñado por Santander y repudiado por Bolívar, ahora estaba cobrando forma y presencia en la vida nacional. Pero será el escenario del poder político en constantes pugnas territoriales, el que desbordará los límites de la democracia y autonomía federalista para ufanarse de equiparse y armar hasta los dientes, a sus ejércitos y provocar las guerras en sus fronteras.
Los pastusos pensaban diferente, al crear la Sociedad Reparadora en enero de 1865, le apostaban al bien de la nación, mediante: “La refusión de los partidos políticos que han dividido el país y servido de rémora a la prosperidad”3. Así, como también se buscaba la redención de las provincias del sur para que los territorios de Pasto, Túquerres, Obando, Barbacoas y el Caquetá, al ser segregados del Cauca, integren “un Décimo Estado Soberano”.
La lucha civilista por la autonomía comienza en este tiempo, se va a sostener a través de la palabra en los parlamentos oficiales y en la prensa solidaria, van a pasar cuarenta años y dos generaciones de surianos, antes de lograr que el Congreso de la República de Colombia con la firma del presidente Don José Manuel Marroquín, dicte la Ley primera del 6 de agosto de 1904, para obtener así, la creación jurídica del Departamento de Nariño.
El papel de la prensa en la consecución del Décimo Estado, fue fundamental. Se fundaron periódicos para sostener la iniciativa en lo que respecta a las primeras provincias del sur: “La Estrella del Sur, “El Eco Liberal”, entre otros y “El Bien Público”. En este último son las plumas de Manuel María Rodríguez, Samuel Jorge Delgado, Julián Bucheli, Daniel Zarama, Luciano Herrera, que suscribieron sendas páginas para la historia de éste profundo anhelo.
A la vez que se contó con prensa capitalina solidaria como “El Diario de Cundinamarca”, “El Bien Social”, “La Doctrina”, “El Zipa” y “El Relator”, entre otros periódicos que apoyaban “la conveniencia de que el sur se erija en Estado Soberano”4.
Como en un juego de dados, el azar obró en curso adverso a la utopía original, después de cuatro largas décadas, nace Nariño en 1904, no como un Estado Soberano del sur en un sistema federal sino como el Noveno Departamento de un sistema centralista, quedando en la deriva de la periferia hace más de un siglo.
Notas Bibliográficas:
1. Guerrero Vinueza, Gerardo León. Antecedentes y creación del Departamento de Nariño. 1860-1910. B.C.D.N. 1904-2004. No. 9. Gobernación de Nariño. Pasto, San Juan de Pasto, 2005, p. 28. Cita Archivo Histórico de Pasto.
2. Ibíd. p. 29. Cita A.H.P.
3. Ibíd.
4. Quijano Guerrero, Alberto. La Creación del Departamento de Nariño. En: Historia de Nariño, tomo 1, Academia Nariñense de Historia, Pasto, 2021, p. 27.
* Presidente Academia de Historia de Nariño
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