Qué son los derechos de los pueblos?
La Declaración Universal de los Derechos Humanos dice que “se trata del conjunto de derechos y libertades fundamentales para el disfrute de la vida humana en condiciones de plena dignidad, y se definen como intrínsecos a toda persona por el mero hecho de pertenecer al género humano. Se presenta como un ideal común para todos los pueblos y naciones”.
En Columna pasada, del 28 de mayo en la edición 2da de esta Revista, habíamos hablado del derecho al pueblo palestino a existir; de la complicidad del silencio que sirve de sombra protectora a la impunidad del agresor despiadado; de la ayuda indiscriminada e injusta de las potencias, que hacen parte de Naciones Unidas, como la Unión Europea y de los Estados Unidos. para apoyar la pretendida DEFENSA legitima del Pueblo de Israel contra Hamas, tal como se le vende a la opinión pública mundial.
Ya no solo se trata del silencio cómplice del genocidio en Palestina, sino de mucho más. Ahora somos testigos de las grandes diferencias, acerca de las razones que la Corte Penal Internacional y la ONU esgrimen para el ejercicio de sus principales funciones: “Fomentar entre las naciones relaciones de amistad basadas en el respeto al principio de la igualdad de derechos y al de la libre determinación de los pueblos, y tomar otros medidas adecuadas para fortalecer la paz universal” artículo 1° Num. 2 y, en el 55 de su Declaración Universal de Derechos que dice:
Con el propósito de crear las condiciones de estabilidad y bienestar necesarias para las relaciones pacíficas y amistosas entre las naciones, basadas en el respeto al principio de la igualdad de derechos y al de la libre determinación de los pueblos, la Organización promoverá:
….. El respeto universal a los derechos humanos y a las libertades fundamentales de todos, sin hacer distinción por motivos de raza, sexo, idioma o religión, y la efectividad de tales derechos y libertades.
Pero en contra de estos principios fundacionales, en virtud del poder de Veto que ostentan los Estados Unidos, se han opuesto categóricamente a las reivindicaciones del Pueblo Palestino, como cuando, delante del mundo que lo veía en sus pantallas , registró de paso la descomposición emocional del presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abás, al corroborar, en vivo y en directo, la negativa de la potencia hegemónica a reconocer a Palestina como miembro de la ONU. Sin embargo, tengamos en cuenta que Israel si fue prontamente reconocido como Estado por sus socios occidentales, el primero de facto, Estados Unidos y justo el mismo día en el que Israel proclamó su independencia en 1948. Lo que no ha ocurrido con el Estado de Palestina, que hasta hoy ha soportado 76 años de sufrimiento.
“Los palestinos son el pueblo autóctono del territorio, fueron desposeídos de su tierra por el colonialismo británico y el movimiento sionista, y fueron las víctimas de una anómala decisión de partición aprobada en la Asamblea General en 1947, única entre todos los procesos de descolonización. Europa despachó su “cuestión judía” proyectándola fuera del continente y haciendo pagar sus consecuencias a quienes menos responsabilidades tenían.
Después de más de 75 años, la estatalidad israelí es irreversible, pero el problema es que Israel sigue encastillado en un proyecto nacional estatal expansivo, ejerciendo prácticas puramente coloniales con los autóctonos y con sus vecinos, manteniendo uno de los casos más sangrantes de exilio forzado de millones de personas y ejerciendo una ocupación ilegal de Cisjordania y Gaza desde hace más de 56 años. “ (https://www.realinstitutoelcano.org/analisis/el-reconocimiento-del-estado-de-palestina-tan-necesario-como-insuficiente/)
Análisis este, realizado mucho antes del genocidio perpetrado por Israel desde octubre de 2023 en la Franja de Gaza y hace unas semanas en Cisjordania, provocando el asesinato de alrededor de 45 mil palestinos y una cantidad innumerable de heridos, que no tienen servicios de salud de ninguna clase. La destrucción sistemática de la educación palestina de universidades dejando a más de 90 mil estudiantes sin educación, destruyendo 370 escuelas lo que implica 620.000 estudiantes sin escolarizar. Educadores muertos, destrucción de 8 bibliotecas especializadas y 4 universitarias inutilizadas. Datos entregados por SWI (swissinfo), que han sido de público conocimiento. Lo que podría llamarse un Escolaricidio como lo conceptúa el profesor de la Universidad de Oxford, Korman Nabolsi, experto en leyes de guerra: “Siempre Israel ataca sistemáticamente la educación, para contrarrestar una tradición de aprendizaje”. La muerte de profesores, investigadores, docentes, se convierte en un educidio, que traduce la destrucción sistemática de la vida educativa de un grupo nacional étnico, racial o religioso”.
Los anteriores datos son más que suficientes para ilustrar la situación que vive el Pueblo palestino desplazado, refugiado en campos que son literalmente bombardeados casi a diario al arbitrio sanguinario de Israel. Sin suministro de energía ni de agua y por tanto sin poder recibir la insuficiente “ayuda humanitaria” que tanto ha cacareado la ONU y de otras instituciones por el cierre inhumano ordenado por siniestro Netanyahu de la frontera con Egipto desde hace ya casi tres meses.
Bástenos recordar aquí el informe de Franchesca Albanese, Relatora Especial sobre la situación de los derechos humanos en los territorios Palestinos ocupados desde 1967, en la que da cuenta de estas y otras muchas atrocidades cometidas por el ejército de ocupación en Gaza y que ahora se amplía a Cisjordania que está corriendo la misma suerte en manos de Benjamin Netanyahu y su camarilla de sicópatas sociales, imbuidos en trasnochadas tesis bíblicas de la “Tierra prometida” y el derecho del pueblo judío a ocuparla para ello acabando, arrasando, esterilizando todo a su paso incluidos por supuesto los habitantes originarios, para apoderarse luego y totalmente dizque del territorio destinado por su dios, según su plan definido con anterioridad.
La ONU, la Corte Penal Internacional de Justicia. la Corte Internacional de la Haya y la Unión Europea actúan de formas diferentes de acuerdo al tipo de conflictos según el poder económico y la posición geopolítica. Sus decisiones han sido diametralmente diferentes. Veamos los ejemplos que aclaran esta afirmación y nos llevan a pensar en la necesidad de modificar estas instituciones, modernizarlas, de manera que se rompa la dependencia de los países miembros que fungen hoy como títeres de las grandes potencias y que son, en ultimas, los que deciden el futuro del mundo a su arbitrio.
En febrero de 2022, las fuerzas armadas rusas entraron en territorio ucraniano iniciando una “operación militar especial”. Antes de la invasión, Vladimir Putin, presidente de Rusia, había reconocido los territorios separatistas en Ucrania —Donetsk y Luhansk, controlados por rebeldes prorrusos desde 2014— y había anunciado el envío de soldados a Donbás.
La importancia geopolítica de Ucrania es innegable para los Estados Unidos y para la Unión Europea, que apoyan sin reparos al presidente de facto (pues ha concluido su mandato y evito convocar a elecciones) Vladimir Zelensky en esta fratricida guerra, que solo ha dejado muerte y desolación y que aún está por determinarse cuando pondrá dársele termino antes de que ocurra una catástrofe nuclear que parece no impórtales a las potencias integrantes de la OTAN, pues están de por medio sus particulares interese. “Ucrania forma parte de un tablero de juego mundial donde las grandes potencias tienen sus intereses y por ello apuestan por un bando u otro. Además de por sus recursos naturales (sobre todo por las reservas de gas) Ucrania juega un papel fundamental en el espacio post soviético, por sus dimensiones y su situación geográfica, se convierte en un estado cuya alianza es disputada abiertamente por Rusia y por el binomio Estados Unidos-Unión Europea.
Además, la entrada de Ucrania en la OTAN supondría un duro golpe para una Rusia que no dudó en utilizar tropas para defender su base en Sebastopol [donde se encuentra su flota del Mar Negro], con la anexión de Crimea [de población mayoritariamente de origen ruso].” (Gladius et Scientia. Revista de Seguridad del CESEG, (2), 2020. ISSN-e: 2695-6993https://doi.org/10.15304/ges.2.4432)
“Nos han engañado descaradamente. Cinco oleadas de expansión de la OTAN. Y ahí está: ahora están en Rumania y Polonia, con sistemas de armas”, dijo Putin en diciembre, asegurando en ese momento que Rusia “no quiere acciones militares”. “Pedimos directamente que no haya más movimientos de la OTAN hacia el este. La pelota está en su cancha.”(https://cnnespanol.cnn.com/2024/02/24/por-que-rusia-ucrania-guerra-invasion-motivos-orix/
He aquí el punto nudal del análisis, Vladimir Putin, ha declarado ampliamente como una amenaza a la seguridad de la Federación rusa el establecimiento de bases militares en sus fronteras, contraviniendo tratados y acuerdos firmados en los cuales la Unión Europea y Estados Unidos se comprometían a no instarlas. Aunado al propósito de estos países para que Ucrania haga parte de la OTAN, situación que pondría en alto riesgo la estabilidad de la Federación Rusa. Por ello, Putin alega estar ejerciendo el DERECHO DE DEFENSA de la nación rusa.
Pero aquí opera el doble racero del que hablamos. Las sanciones se imponen o no se imponen de acuerdo al país que ejerce agresión, a su posición política, económica y geográfica según se adecue a los intereses de la Unión Europea y de los Estados Unidos que en ultimas como lo hemos visto, son los que determinan el destino del mundo.
De inmediato la Corte Penal (CPI) y la OTAN reaccionaron sin dilaciones a la intervención militar rusa en Ucrania: El 24 de febrero de 2024, la Unión Europea adoptó el decimotercer paquete de sanciones:
En razón a la guerra de “agresión injustificada de Rusia contra Ucrania” como ha sido llamada, la Unión Europea ha adoptado trece paquetes de sanciones contra Rusia, en coordinación con sus socios internacionales. También se han adoptado sanciones específicas contra Bielorrusia por su creciente implicación en la guerra. Se trata de un proceso de largo plazo.
La Corte Penal Internacional (CPI) emitió una orden de arresto contra el presidente ruso Vladimir Putin.
El organismo internacional alega que Putin es responsable de crímenes de guerra por la deportación ilegal de niños de Ucrania a Rusia.
El tribunal indicó que la acciones se cometieron en Ucrania a partir del 24 de febrero de 2022, cuando Rusia lanzó su invasión a gran escala contra el país de Europa del este”.
Finalmente, se han adoptado un conjunto de medidas específicas para luchar contra la elusión de las sanciones. “La UE se ha dotado de un mecanismo antielusión que permite al Consejo, en última instancia, restringir la exportación, hacia una lista de terceros países, de ciertos bienes y tecnologías prioritarias que son objeto de elusiones sistemáticas para contribuir al esfuerzo bélico de Rusia. Las entidades e individuos en terceros países que faciliten la violación de las sanciones europeas podrán, a su vez, ser objeto de estas sanciones” (https://www.diplomatie.gouv.fr/es/fichas-de-paises/ucrania/situacion-en-ucrania-que-hace/sanciones-contra-rusia-y-bielorrusia/)
Por último, la CPI acusó a Putin de estar involucrado en la deportación de niños sosteniendo que tiene motivos razonables para creer que cometió los actos directamente, además de trabajar con otras personas para ello. Los Estados miembros, se gastan los réditos para combatir al embargado, le imponen pena y Juzgan a Vladimir Putin como criminal de guerra en tan poco tiempo.
Por otro lado, a Netanyahu y a su camarilla de criminales no les han dado el mismo tratamiento. Hemos narrado los desastres, las violaciones a hombres y mujeres, las violaciones a los derechos humanos, el desplazamiento, las muertes, los cientos de palestinos que hoy han quedado sin casa, sin escuelas, sin vida, rotos y aún no se han tomado las medidas necesarias para detener de manera definitiva este derramamiento de sangre y destrucción, como tampoco se ha juzgado a Netanyahu como criminal de guerra. Por el contrario este sociópata fue aplaudido y ovacionado el mes pasado en el Senado de los Estados Unidos. Una auténtica vergüenza.
Todavía estamos esperando los demócratas del mundo, que se haga efectiva la orden de captura solicitada a la Corte Internacional Penal de Justicia contra Netanyahu y su ministro de defensa Yoav Galant, principales responsables, no los únicos, del genocidio que se comete contra el pueblo palestino, solicitada hace ya un tiempo, por el fiscal de ese tribunal, el británico Karim Khan.
Para finalizar estos cuestionamientos nos preguntamos y ¿si habláramos de las injerencias de los Estados Unidos en los países de Oriente, de África y América?, el mapa de sus intervenciones contrarias al Derecho Internacional no cabría en esta columna (Irán, Irak, Afganistán etc.). El imperio de Estados Unidos ha sido responsable de muerte hambruna y esquilmación de sus recursos, de la compra-venta de armas a los rebeldes y a los ejércitos regulares de los países invadidos, pero nunca ha sido ni tan siquiera demandado ante las instituciones Internacionales cada vez más desuetas y entregadas que hacen que finalmente triunfe el reino de la hipocresía.
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