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Foto del escritorLuis Eduardo Ávila Gómez

El mundo huele a pólvora

Actualizado: 17 jun

Qué nos pasa que la anestesia de la indiferencia nos ha dejado inmunes al dolor. El conflicto Ucrania – Rusia reitera cuanto le falta a la humanidad por cambiar. Israel – Palestina – Gaza una tragedia llamada por el Vaticano “carnicería” por su crueldad, ahora suma el arma letal de la hambruna.


Con reflexiones que suelen acompañarme de un futuro incierto, con el temor de quien se enfrenta a los profetas de los males de la humanidad, lleno de quimeras prestadas, me enfrento inerme ante molinos de vientos de guerra, mis angustias tienen nombre propio, las llamaré MAR DE LEVA

Se cumplen dos años de la invasión a Ucrania, según la versión de Occidente, o de la recuperación, versión de Rusia, del socio de Estados Unidos en la invasión a Irak en 2003. En la madrugada del viernes 24 de febrero de 2022, las sirenas y las explosiones rompieron como espejos la tranquilidad y con ella los sueños en muchas ciudades. Ese día no hubo clases. Los estudiantes quedaron en casa, los obreros y oficinistas no asistieron al trabajo y las mamás hicieron las provisiones para la escasez. Los jóvenes se enlistaron para atender el llamado de Volodímir Zelenski, primero actor y comediante, luego político y nunca militar que se graduó por la fuerza de los acontecimientos en general del ejército de la patria que defiende

Las tropas imperiales cumplían la orden suprema “desmilitarizar y desnazificar a Ucrania “. Su ingreso a la Organización del Tratado del Atlántico Norte, OTAN quedó aplazada y pronto acudió el occidente hipócrita quien manifestó su irrestricto apoyo logístico. Dos años después, Zeid Ra'ad Al Hussein, responsable de Derechos Humanos de la ONU señaló que la guerra “ha tenido un costo humano terrible, infligiendo un sufrimiento inmenso a millones de civiles cuyo impacto se sentirá durante varias generaciones 1.

La guerra se ha estancado, ya se familiarizó, el paisaje ha cambiado, las ruinas sirven de refugio de hambrientos y por alguna razón mercenarios colombianos que recorrieron más de 10.000 kilómetros para ir al frente de ataque y ganar 3.000 o 4.000 dólares, van a una guerra, que no es la suya, lo que confirma que la guerra es también una empresa y que los nuestros están dispuestos a atender cualquier llamado a tropas provengan de donde vinieren

Dos años después el caos es costumbre, la gente no atiende alertas ni sirenas. El invasor no avanza y el invadido no recupera el territorio. Las municiones se agotaron y Estados Unidos no desembolsa nuevos aportes por 60.000 millones de dólares. Republicanos y Demócratas no se ponen de acuerdo en el Senado para una eventual negociación, es agenda de la campaña presidencial, como lo son los migrantes en la frontera y los impúdicos excesos de Israel.  Francia propone envío de tropas. Alemania dice NO. Suecia ingresa a la OTAN. Putin dice tener armas nucleares más poderosas que las de su contradictor occidental, Europa huele a pólvora en su patio, como huele el Oriente Medio, todo el mundo huele a pólvora




Misiles, tanques, drones, y toda la artillería muestra el doloroso esplendor del negocio de la muerte en crecimiento. Su blanco en la población civil, a pesar de la prohibición de los Convenios de Ginebra de 1949 y los protocolos de 1977, aprobados por 196 Estados son espectadores de la flagrante violación al Derecho Internacional Humanitario: ataques a ambulancias y hospitales, uso de armas y municiones letales químicas, biológicas, láser y minas antipersonales explotan en Gaza, Siria, Líbano, Irak, Ucrania y Rusia. Contra toda proscripción: La guerra no tiene ética.

Las reglas internacionales yacen en las bibliotecas y en los Tribunales, Las cifras superan los treinta y  un mil los muertos, de ellos 10.500 civiles, 19.875 heridos y 14 millones de desplazados. Desde Moscú se informa de 45.000 de sus soldados muertos, alto precio para los objetivos del nuevo zar, Vladimir Putin, sucesor de Pedro el Grande, más grave aún con el genocidio del Pueblo Palestino.

Europa y Occidente respaldan al invadido no por solidaridad, sino por geopolítica y negocios, siempre de la mano, a la hora de planes y estrategias en esta guerra vestida de muerte, desplazamientos, heridos. De un éxitos rotundo resulta el  próspero negocio tanto que las acciones de las petroleras, los gaseoductos, los metales preciosos y cotizaciones de bolsas se disparan. En 2023 marcaron utilidades superiores a 280.000 millones de dólares.

En otro delirio, en solo seis meses, otros treinta y cuatro mil muertos son las víctimas del pueblo Palestino. Esta vez un genocida atacó con barbarie y cobardía a niños porque “serán los terroristas del mañana”. Sus casas, guarderías, escuelas, jardines infantiles son ahora cementerios. Contra toda prohibición, mujeres embarazadas y ancianos, son asesinados. Los desplazados deambulan mutilados, hambrientos, desnudos, esa máquina infernal del dolor está en hospitales, orfanatos, destruye acueductos, corta la energía en el invierno, sitia pueblos, los acorrala en Rafah y ahora arremete contra ellos, controla las raciones de comida, los acribilla cuando llegan las raciones, no permite que lleguen medicinas, se ven heridos de guerra amputados, mutilados, sin anestesia, la hambruna es otra arma letal, les niegan su propio Estado. Ese horror se comete en nombre del Pueblo de Dios.

Europa y Occidente se vuelcan con un arsenal a defender el uso legítimo de la fuerza por retaliación a los ataques desmedidos del 7 de octubre. No se habla de la proporcionalidad en la respuesta, la ecuación no funciona. Cada tregua fracasada es el fracaso del Derecho Internacional Humanitario, DIH. Una nueva derrota de las potencias y organismos internacionales que se medirá en muertes inútiles de niños, mujeres e inocentes. Vendrá la impunidad y el olvido. La guerra será costumbre y el paisaje bíblico será el testigo: que el infierno existe y está en Palestina.

Este genocidio trasmitido en vivo y en directo por los canales y medios como si se tratara del Súper Bowl, lanzan un cifrado mensaje morboso, una sentencia de muerte, “cuidado te metes con los poderosos”, “somos un club de negocios e intereses y defendemos el derecho del uso legítimo de la fuerza, “invadimos, asesinamos, arrasamos porque somos la ley, nada nos pasa”, en nuestro lenguaje coloquial: “usted no sabe quién soy yo”. La advertencia va para todos.

Notificados están en estrados, los Hutíes por cuenta de Estados Unidos y Reino Unido en su cuarto ataque contra los llamados rebeldes, de quienes occidente justifica que son protegidos por Irán. El líder Hutie Abdelsalam, desde Yemen, afirma que “adhieren a la posición humanitaria y religiosa junto a Gaza” para impedir que los barcos israelíes o aquellos que se dirigen a puertos de la Palestina ocupada. El escenario: El Mar Rojo. Esto ya empezó. Se prendió. Parece no tener reversa. Huele a pólvora.

El primer ministro, Benjamin Netanyahu no pactará treguas ni cese al fuego para intercambio de rehenes porque se retrasa el plan criminal de exterminio y la ofensiva terrestre que se cierne sobre Rafah, la ciudad fronteriza de Egipto que recibió más de dos millones de desplazados en solo cuatro meses. Sin comida, techo, agua, servicios sanitarios; el megalómano, ni siquiera le hace caso al despistado octagenario Biden. Tampoco a los familiares de los secuestrados que inundan las calles pidiendo la tregua como derecho a reencontrar a sus familiares, nada le conmueve, ya está invadido el terreno fértil de las inmobiliarias, como otra tierra prometida.

La respuesta es la represión. No hay tregua. El objetivo será Hezbolá, señala el invasor. Se insiste en el intercambio de rehenes por niños palestinos en Israel, “esos terroristas precoces” que enfrentaron los tanques y fusiles con piedras. 2. ¿Qué es eso que llama Benjamín Netanyahu, la Victoria Final?, ¿Es el triunfo de la muerte sobre la vida?

La prosperidad de sus negocios inmobiliarios en la tierra arrasada, los dividendos de la industria armamentista, salir ganador en los comicios que le niegan su liderazgo y que en la agresión encontró aliados de la ultraderecha, mercaderes del mal, su cuerpo de “inteligencia “que no previó el ataque del 10-07-23”, le ha dicho que en Rafah se esconden los milicianos de Hamás-

Estados Unidos no se opone: los bancos, los seguros, la industria, los medios en buena parte son de ellos, algunos legisladores republicanos lo son, así que la Casa Blanca aprueba “solo se elabore un plan para no atacar a la población civil”. El Tribunal Internacional de Justicia ha condicionado a Tel Aviv, la ONU denuncia violación al DIH por el ataque al Hospital de Amal en Jan Yunis, al sur de Gaza, cuando la Medialuna Roja colaboraba en la evacuación de 24 pacientes graves. Soldados israelíes los bajaron de las ambulancias, entre ellas dos mujeres y un niño recién nacido, personal paramédico es desnudado y se llevaron a tres de ellos.

Vendrán más atrocidades, como en efecto han llegado, más amenazas, alianzas,  la reagrupación de socios, estructuración de negocios de la industria militar, posicionamiento de los intereses geopolíticos, más desgaste de la ONU, del Consejo de Seguridad; acaso se condenó el bombardeo de Israel a la sede diplomática de la República de Irán en Damasco, ese territorio es inviolable a la luz de los Tratados Internacionales, en esa orgía de sangre el 1 de abril de 2024 donde el  oficial de mayor rango Mohammed Reza Zahedi de la Guardia Revolucionaria  Quds  fuera del suelo Iraní contra los tratados internacionales es asesinado junto a otros seis militares. Ya habían asesinado al gran líder Qassem Soleimani; ese espacio lo cubría Reza Zahedi; se esperaba la retaliación sobre el territorio agresor y fue en el cielo de Jerusalén que surcaron los drones y misiles Iraníes sin efectos letales; otra oportunidad para el siniestro Netanyahu de encubrir su desprestigio interno y brutalidad sobre los civiles Palestinos, anunciando venganza, pese a que sus aliados le contengan.

Se reivindicará como inamovible el reconocimiento del Estado de Palestina. Fracasada la tregua anterior al Ramadán de canje humanitario de 40 rehenes israelíes por 400 rehenes palestinos. En tanto la poderosa China observa cada movimiento; Todo esto demasiado tarde, inevitable. Como dijo el emperador Julio César a sus tropas allende el Rubicón  alea jacta est. Los dados están echados.


Fuentes:

1. El Tiempo sábado 24 de febrero de 2024, pág. 1.2.


*Abogado Universidad Nacional de Colombia. Litigante

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